17 de mayo de 2024

Hoy, 17 de Mayo de 2024, recuerdo el momento que la profe de tercero básico nos pidió para dibujar lo que queríamos ser cuando “grandes” - Esa época yo tenía 8 años aproximadamente, era el año de 1996. Era una niña tímida, nacida en el campo, Cerro Largo, interior de Rio Grande do Sul en Brasil. Crecí en un entorno muy natural, entre mis tareas de la casa estaban: plantar árboles, ayudar en el huerto y mirar las vacas que pastaban.
Me encantaba ir al colegio, subir en los árboles, hacer queques de tierra, pescar, jugar vóley, andar en bicicleta, leer, escribir y participar de todos los eventos artísticos que se hacía en el colegio - En ese momento, entonces, dibuje una chica en una pasarela. Sin la mínima idea de lo que vendría por delante.

En la época, había un programa en la televisión llamado “Show da Xuxa” y yo me imaginaba que quería estar ahí siendo su “paquita” (eran las bailarinas que la acompañaban). Y pedía a mis papás que me llevaran a su programa. Cómo era niña, no tenía ni idea de cuán lejos estábamos de donde se grababa el programa.
Hasta que un día mi vida dio un vuelco inesperado.

Era año 2000, estaba a mitad de clase y la profe anunció que venían a entregarnos unos chicos una publicidad. Entraron en la clase 2 personas, Paulo Afonso y Patricia, haciendo publicidad de un curso de modelo. Yo llegué a mi casa eufórica hablando a mis papás que quería entrar en el curso y ellos sin mucho creer, fueron a primera charla y decidieron inscribirme, pero porque el curso dictaba además clases de etiqueta social, nutrición, etc. Y que para ellos veían que sería necesario para yo ser más “sociable”.

Hice el curso y al final de curso ellos ofrecían un book. Mis padres ahí ya no tenían cómo financiarlo, entonces el equipo del curso, decidió regalarme esas fotos. Con mis primeras fotos, fui presentada y seleccionada para una agencia en Porto Alegre. Y de ahí, fui contratada en Sao Paulo, por una de las mejores agencia de Brasil, Way Model, en la época era director Zeca de Abreu, gran amigo mío hasta el día de hoy.

Y de ahí empezó una carrera que no esperaba. Hice mi primera portada con 12 año mi primer comercial con 13. E iba a Sao Paulo para ir acostumbrándome de cómo era la vida en un departamento de modelos.

Entremedio pasaba por casos de bullying en el colegio por parte de compañeros y tuve que aprender a manejar desde pequeña esos temas sin saber cómo bien defenderme de situaciones así.

Me quedé en mi casa hasta los 16 años. Cuando terminé la enseñanza media, empaqué algunas cosas y mis padres me dejaron en un cruce donde tomé el bus para São Paulo, este era un viaje diferente de los otros. Fue un momento muy importante para mí y ellos. Fue el momento de que me dieran alas para volar sola. Y yo fui. Tomé esa oportunidad. Y ellos confiaron, soy inmensamente grata por lo que ellos hicieron por mí. Creo que por más difícil que fuera dejarme ir sabían que tenían que hacerlo. En ese momento, yo dejé el nido.

25 horas de viaje hasta São Paulo - de una ciudad pequeña que nadie la conoce de 13.000 mil habitantes a vivir en la ciudad más grande de Brasil, con modelos que llegaban de todas partes y donde iba compartir departamento con otras 10 chicas más jóvenes que yo.

Ahí empezó una historia de aventuras, coraje, determinación, aprendizajes, amor, desamor, desapegos, duelos, alegrías, viajes y más de 36 países caminados hasta el día de hoy.

Sin duda en esos años, he aprendido que la vida es un constante viaje de descubrimientos y redescubrimientos, un camino que se despliega en inesperadas direcciones pero con una razón y un porqué de hacerlo.

Vivo lejos de mi familia, pero he aprendido que el mundo es mi casa, donde he estado siempre he encontrado personas que me han acompañado por un tiempo o que siguen hasta el día de hoy. Y que si hay una fuerza más grande y poderosa que está nos guiando diariamente.

He seguido mi instinto, mi corazón y esa es mi guía.

Mi camino me ha enseñado sobre la fuerza y la belleza de seguir adelante, de vivir intensamente cada experiencia y de nunca dejar de creer en uno mismo. Mi historia es un testimonio de que los sueños, no importa cuán lejanos parezcan, están solo a un viaje de distancia. Y cada día, cada nuevo país y cada rostro conocido me recuerdan que, al final del día, el hogar es donde el corazón decide brillar.

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